CRIPTA
Frente a la capilla absidal, descansa en la cripta desde 1892 el cuerpo de nuestra fundadora, Luisa Teresa de Montaignac.
Al momento de su beatificación, el 4 de noviembre de 1990 en Roma por el Papa Juan Pablo II, fue grabado en su santuario, sus últimas palabras: "He amado", "mal amé", añadió, consciente de sus debilidades.
"Mujer de una fe inventiva y profunda", ella intercede por nosotros ante el Padre.
Gracias a su foto, nos parece cercana. Por su vida totalmente entregada, su amor incansable del Señor, y sus largos años de sufrimientos, nos comprende y nos une a Dios.