53 aniversario del colegio Marie Paul y entronización del Santíssimo
En Octubre de 1986, un fuerte sismo destruyó toda el área antigua de la comunidad Marie Paul, incluyendo la capilla tan bonita que existía y que también servía para las alumnas de nuestro colegio. Muchas de ustedes lo recordarán perfectamente, pues en este lugar, que era llamado, “La QUINTA”, vivieron su noviciado y otras incluso su postulantado.
Es decir, que hasta después de 25 años, volvemos a tener la presencia de Jesús Sacramentado en un lugar específico de nuestras instalaciones educativas. En años anteriores, tuvimos la oportunidad de hacer uso de la capillita de la comunidad de las hermanas que está contiguo al colegio.
La experiencia fue tan linda, ya que todas las alumnas y el personal del colegio se involucraron. Bien sabemos que nuestro colegio es una institución sin fines de lucro, por lo que no disponemos de recursos abundantes para ir haciendo oportunamente las remodelaciones y mejoras que se necesitan. Por eso, vamos poco a poco cubriendo las necesidades más urgentes.
Este uno de Julio, alumnas, personal del colegio, padres y madres de familia, junto a las hermanas de la comunidad, nos llenamos de profunda alegría, al ver cómo vamos haciendo esfuerzos por emprender con sencillez, esperanza y unidad, mejoras educativas en esta pequeña obra, en la cual servimos a Dios y a su Reino.
La capilla fue equipada, en sus objetos más esenciales, por todas las alumnas que con gran generosidad compartieron en lo que estaba a su alcance, habiendo sido motivadas muy significativamente por el personal docente.
En el momento de la Celebración Eucarística, presidida por el P. Juan de Dios (Pasionista), cada grado presentó su ofrenda en el altar:
Preparatoria: Velas y bases para poner las velas; Primer Grado: jarrones para flores; Segundo Grado: corporales y purificadores; Tercer Gado: una campanita; Cuarto Grado: un crucifijo; Quinto Grado: arreglos florales; Sexto Grado: incensario; Séptimo Grado: alfombra; Octavo Grado: lamparita y, Noveno Grado: un mantel para la mesa del altar.
Seguido de la Misa, caminamos en procesión hacia la capilla donde oramos y luego cada grado hizo su visita para presentarse ante Jesús, agradecer su presencia y expresar todo lo que llevan en su corazón.
Fue sorprendente ver la disposición y acogida que la mayoría de las alumnas dieron a esta entronización de Jesús en nuestro colegio. Algunas fueron movidas en lo más profundo de su ser y pudimos ver en ellas sollozos y lágrimas. Esto nos confirma la necesidad de favorecer espacios que ayuden a fortalecer la espiritualidad del Corazón de Jesús en nuestras alumnas y comunidad educativa. Quién más que Jesús puede entenderlas, escucharlas, acogerlas, amarlas y ayudarlas en su caminar, para que puedan ser personas plenas y de bien para la familia y sociedad.
Docentes, madres de familia y todo el personal del colegio estuvimos este día en presencia de Jesús sacramentado.
En medio de nuestra sociedad, cuyas familias están desintegradas y muchas veces sin un crecimiento espiritual que les permita tener un soporte para seguir adelante, queremos hacer de nuestra capilla un lugar de intensa oración, de cercanía, de intimidad con Jesús, para que él pueda actuar en todos y todas y así reflejar su presencia amorosa y de servicio en la vida cotidiana.
Finalizamos este día con un pequeño compartir: paletas para las alumnas, horchata y panecitos para el personal del colegio y personas que nos acompañaron.
Para que puedan alegrarse con nosotras, les adjuntamos algunas fotografías significativas de estos intensos e importantes momentos que hacen la vida y la historia de nuestro querido Colegio Marie Paul.
Con especial cariño,
Comunidad educativa del Colegio Marie Paul