CORO
La persona de Cristo nos acoge y nos invita a venir a Él extendiéndonos la mano. Nos dirá su amor simbolizado a través de su Corazón.
De cada lado del vitral, dos frescos de Mangeret de 1875 representan dos misterios queridos por Luisa Teresa: la Natividad y la Última Cena.
A la edad de 7 años contemplando un nacimiento, fue sobrecogida por el misterio de Dios que se hace pequeño y pobre para manifestar su Amor a los hombres.
Su primera comunión la marcó profundamente, tuvo toda su vida una gran devoción hacia la Eucaristía donde Jesús se nos da a nosotros en alimento para llevarnos al Padre.
Bajo los frescos, según el deseo de Luisa Teresa, está inscrita en latín la frase de San Juan (10, 10): "Yo he venido para que los hombres tengan vida y la tengan en abundancia".
El misterio del Amor de Dios que da su vida para salvar a la humanidad, se encuentra en el símbolo del Cordero Pascual sacrificado en el altar de piedra de 1866, Cordero rodeado por los cuatro evangelistas.